lunes, 27 de agosto de 2007

Heroína


La heroína es una droga altamente adictiva e ilegal en la mayoría de los países del mundo. Pertenece a los opiáceos, de los cuales es el más abusado y el de acción más rápida. La heroína se prepara a partir de la morfina, sustancia que se encuentra naturalmente en los conductos lactirífaros de la cápsula de la Papaver somniferum o adormidera, desde donde se extrae mediante cortes superficiales por donde supura látex (opio). Generalmente se vende en forma de polvo blanco o marrón, o como una sustancia negra pegajosa conocida en las calles como "goma" o "alquitrán negro".

En 1883, Heinrich Dreser, un químico alemán, aisló un opiáceo nuevo gracias a la acetilación del clorhidrato de morfina, obteniendo diacetilmorfina, que es el nombre científico de la heroína. Resulta interesante que en principio se pensó en la heroína como un sustituto de la morfina, la cual producía gran adicción, y por ese motivo se eligió su nombre. En poco tiempo se demostró que la adicción generada por utilizar este compuesto era mucho más intensa que en comparación con la morfina.

La acción de esta nueva droga sobre las vías respiratorias era tal que se creyó que había sido vencida definitivamente la tuberculosis, por lo que Bayer registró la marca comercial Heroin (Heroína). Este nombre, bajo el que este nuevo producto sintético ha pasado a hacerse conocido, se creó combinando el "Heros" latín (héroe) y el sufijo medicinal "-in" (como en koffein / cafeína), creando a la vez la conotación muy vendible de la "Femme Heroine" (Alemania en esa época era muy francófila). La heroína sin refinar se conoce como brown sugar (azúcar moreno); y ya refinada como horse (caballo) o sencillamente abreviada como H.

La heroína se administra generalmente endovenosa, aunque también es habitual la administración por vía nasal o fumada. En este último caso se suele realizar utilizando papel de plata. Los efectos de esta droga comienzan entre los 3 y los 5 minutos después de haber sido inyectada o inhalada y duran entre tres y cuatro horas. Al llegar al cerebro la heroína ocupa los receptores opioides, principalmente los receptores que funcionan en el área de la analgesia y deprimen la respiración; y los receptores delta que, según teorías recientes, pueden estar más vinculados con el estado anímico que con la analgesia. Esta droga destruye unos neurotransmisores llamados endorfinas que generan sensaciones, provocando discapacidad cerebral bloqueando todas la arterias y puede llegar a ser una muerte cerebral.

A partir de su aparición, la heroína se utilizó principalmente para tratar la tuberculosis por su capacidad para suprimir el reflejo de la tos. Pronto se vio que su efecto anestésico no era mayor que el de la morfina, pero era más activa por lo que podía utilizarse en dosis menores logrando el mismo efecto con las consiguientes ventajas a nivel de acumulación en los tejidos. Sin embargo, algo más la diferenciaba de la morfina: ciertos efectos estimulantes y no sólo analgésicos, por lo que durante mucho tiempo se recomendó como cura para el hábito producido por la morfina. Actualmente el clorhidrato de heroína se utiliza muy poco ya sólo como antitusígeno en casos severos. Además el efecto de la heroína es más potente que el de la morfina, pero menos duradero.
Los usuarios que comparten las agujas (práctica que poco a poco está cayendo en desuso) u otros materiales de inyección corren el riesgo de contagiarse con el
VIH, algunas hepatitis y cualquier enfermedad infecciosa. En España, un 59% de los afectados por el virus del sida, se infectaron por vía parenteral (inyectada) entre 1981 y 1998.

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