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La cocaína es un estimulante adictivo que afecta directamente al cerebro. Ha sido llamada la droga de los ochenta y noventa por su gran popularidad y uso durante esas décadas. Sin embargo, la cocaína no es una droga nueva. En realidad, es una de las drogas más antiguas. La sustancia química pura, el clorhidrato de cocaína, se ha venido usando por más de 100 años, mientras que las hojas de la coca se han ingerido por miles de años.
A mediados del siglo XIX, se extrajo por primera vez la coca pura de la hoja de la planta Erytroxilon, que crece principalmente en Perú y Bolivia. A principios del siglo XX, la cocaína se convirtió en el ingrediente principal en la mayoría de los tónicos y elixires que se crearon para tratar numerosas enfermedades, incluyendo la Coca-Cola y el Vin Mariani. En la actualidad es una droga clasificada bajo la Lista I[1] en Estados Unidos ("Schedule I") junto con otros estimulantes como la anfetamina y el LSD, lo que significa que se le atribuye gran potencial de abuso, pero puede ser administrada por un médico para usos terapéuticos legítimos, como por ejemplo, anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.
Básicamente hay dos formas químicas de la cocaína: las sales y los cristales de cocaína (como base libre). El clorhidrato, la forma más común del polvo de cocaína, se disuelve en agua, y cuando se abusa, puede ser usada en forma intravenosa (en la vena) o intranasal (por la nariz). La base libre se refiere a un compuesto que no ha sido neutralizado por ácido para producir la sal correspondiente. Esta forma de la cocaína se puede fumar, ya que no se descompone como sí lo hace el clorhidrato.
A mediados del siglo XIX, se extrajo por primera vez la coca pura de la hoja de la planta Erytroxilon, que crece principalmente en Perú y Bolivia. A principios del siglo XX, la cocaína se convirtió en el ingrediente principal en la mayoría de los tónicos y elixires que se crearon para tratar numerosas enfermedades, incluyendo la Coca-Cola y el Vin Mariani. En la actualidad es una droga clasificada bajo la Lista I[1] en Estados Unidos ("Schedule I") junto con otros estimulantes como la anfetamina y el LSD, lo que significa que se le atribuye gran potencial de abuso, pero puede ser administrada por un médico para usos terapéuticos legítimos, como por ejemplo, anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.
Básicamente hay dos formas químicas de la cocaína: las sales y los cristales de cocaína (como base libre). El clorhidrato, la forma más común del polvo de cocaína, se disuelve en agua, y cuando se abusa, puede ser usada en forma intravenosa (en la vena) o intranasal (por la nariz). La base libre se refiere a un compuesto que no ha sido neutralizado por ácido para producir la sal correspondiente. Esta forma de la cocaína se puede fumar, ya que no se descompone como sí lo hace el clorhidrato.
Los efectos son inmediatos y consisten en una elevación de la autoestima y la confianza en uno mismo, acompañado de una gran locuacidad, excitación (pudiendo llegarse a la extrema irritabilidad). El efecto dura relativamente poco tiempo (unos 30-60 minutos) y en cuanto empieza a declinar el sujeto experimenta ansiedad por recibir otra dosis. A largo plazo, su uso descontrolado produce adicción, desórdenes mentales y muerte, bien sea por efectos físicos directos, suicidio, o accidentes.
Los primeros arbustos de coca fueron llevados en 1750 de Sudamérica hacia Europa. En 1859 se alcanzó por primera vez el aislamiento del alcaloide por Albert Niemann. En 1898 se logró la explicación de la constitución y en 1902 la síntesis por Richard Willstätter. Desde 1879 se empleó la cocaína para tratar la dependencia en morfina. Hacia 1884 se empezó a usar como anestésico en clínicas en Alemania. Aproximadamente al mismo tiempo Sigmund Freud escribió sobre sus efectos en su obra Über Coca (sobre la coca).
“El efecto psicológico de la Cocainum mur. e dosis de 0,05 a 0,10 gramos consiste en la excitación y la euforia retenida, la que no se diferencia mucho de la euforia de las personas sanas. Falta totalmente el sentimiento de alteración que acompaña a la excitación por alcohol, también falta el efecto característico inmediato del alcohol de ansiedad. Se tiene la sensación de incremento del autocontrol, se siente gran vigor y de capacidad de trabajo. Pero si se trabaja se extraña la excelente y elegante excitación e incremento de las fuerzas intelectuales por alcohol, té o café. Se es simplemente normal y se tiene pronto el esfuerzo de creer que se está bajo el efecto de algo.”
La primera receta de la bebida refrescante Coca-Cola contenía hasta 1903 un extracto de las hojas de coca (y por ello el nombre), de modo que un litro de Coca Cola contenía 250 miligramos de cocaína, la cual fue sustituida más tarde por cafeína. El uso de cocaína en Europa fue amplio y legal en la primera tercera parte del siglo XIX. La peligrosidad de la sustancia fue reconocida lentamente.
El médico peruano Carlos Gutiérrez-Noriega (1906-1950) -en colaboración con Zapata– en su libro titulado “Estudios sobre la coca y cocaína en el Perú” (1947) indica:
“La coca —droga que actúa como un narcótico de las sensaciones vitales, pues suprime el hambre, la fatiga de los organismos debilitados, la sed, el frío y las más elementales aspiraciones humanas— fue en estas circunstancias un factor indispensable para adaptar al organismo a tan deficientes y anómalas condiciones de vida. Esta droga ha actuado como un extraordinario auxiliar del pueblo andino durante cuatro siglos, para sobrellevar la miseria más extremada”.
“El efecto psicológico de la Cocainum mur. e dosis de 0,05 a 0,10 gramos consiste en la excitación y la euforia retenida, la que no se diferencia mucho de la euforia de las personas sanas. Falta totalmente el sentimiento de alteración que acompaña a la excitación por alcohol, también falta el efecto característico inmediato del alcohol de ansiedad. Se tiene la sensación de incremento del autocontrol, se siente gran vigor y de capacidad de trabajo. Pero si se trabaja se extraña la excelente y elegante excitación e incremento de las fuerzas intelectuales por alcohol, té o café. Se es simplemente normal y se tiene pronto el esfuerzo de creer que se está bajo el efecto de algo.”
La primera receta de la bebida refrescante Coca-Cola contenía hasta 1903 un extracto de las hojas de coca (y por ello el nombre), de modo que un litro de Coca Cola contenía 250 miligramos de cocaína, la cual fue sustituida más tarde por cafeína. El uso de cocaína en Europa fue amplio y legal en la primera tercera parte del siglo XIX. La peligrosidad de la sustancia fue reconocida lentamente.
El médico peruano Carlos Gutiérrez-Noriega (1906-1950) -en colaboración con Zapata– en su libro titulado “Estudios sobre la coca y cocaína en el Perú” (1947) indica:
“La coca —droga que actúa como un narcótico de las sensaciones vitales, pues suprime el hambre, la fatiga de los organismos debilitados, la sed, el frío y las más elementales aspiraciones humanas— fue en estas circunstancias un factor indispensable para adaptar al organismo a tan deficientes y anómalas condiciones de vida. Esta droga ha actuado como un extraordinario auxiliar del pueblo andino durante cuatro siglos, para sobrellevar la miseria más extremada”.
La cocaína aumenta el riesgo de sufrir trombosis,derrame cerebral e infarto de miocardio, acelera la arterioesclerosis y provoca paranoia transitoria en la mayoría de los adictos.
La cocaína es el anestésico local más conocido. Debido a la alta peligrosidad de adicción y la marcada toxicidad no se emplea más. La cocaína sirve como sustancia para muchos anestésicos locales, como por ejemplo: lidocaína, benzocaina y escandicaína.
En 1884 se introdujo por primera vez en terapias de oftalmología. El empleo de cocaína, de acuerdo con la ley de prescripción de sustancias anestésicas de Alemania, está permitido aún hoy en día.
La cocaína es el anestésico local más conocido. Debido a la alta peligrosidad de adicción y la marcada toxicidad no se emplea más. La cocaína sirve como sustancia para muchos anestésicos locales, como por ejemplo: lidocaína, benzocaina y escandicaína.
En 1884 se introdujo por primera vez en terapias de oftalmología. El empleo de cocaína, de acuerdo con la ley de prescripción de sustancias anestésicas de Alemania, está permitido aún hoy en día.
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